En participio

¿En qué profundidad deseas sumergirme con esta intransigencia?
¿Cómo entregarte un “algo”?

Quiero agregar los adjetivos que nunca agregue a esta historia.
Por prejuicio, por orgullo, por esa incongruencia que me caracteriza y que tanto amaste.
Hoy, en las profundidades del océano, ahogado en un grito interior, dejo salir después de tanto tiempo algo de lo que siento, mi lectura.

Incredibilidad: viví aferrado a un prejuicio, fracasó mi pseudo inteligencia... “Supuestos” inmunizaron y sesgaron ese camino que era mi última oportunidad, no existen terceros. Te amé y lo ahogué, por esta dichosa cultura de la ignorancia. Renació y lo envenené, por esta maldita bipolaridad. ¿ si te dijera que te necesité me creerías?
¿Cómo se vence la dualidad cuando el muro de los sentimientos es infranqueable por el francotirador de la resistencia?

Tú, negro infinito perfecto... sutilidad oscura, paradójica negrura que me levanta y conforta, compañera perdida por la estupidez. Mi palabra precisa..., ¿tu lo sabes?

Te he perdido, he perdido. Tu pequeño dedo es el que deseo que me acuse..carcomido por los nervios es el único que no traspasa sino que empuja.

No es el perderte lo que me recuerda que te amé... es el chocar con el muro anteriormente descrito, por prejuicio no fui feliz...

¡Me ahoga el saber que eres mi musa intocable!.

Ya he partido cabeza abajo en esta barcarola nerudezca del olvido. Buscando mi vida aferrado a melodías cadenciosas que solo me recuerdan un “What you gonna do?”... ¿lo harás también tu?... Sé que sí. Jamás hubiese pensado que nuestro comienzo sensual, sensorial, sutil y surreal como el negro absoluto de tus ojos asesinos, como el negro de tu cabello que aún me coquetea, y como el blanco de tu tez; avizorara nuestro... ¿final?.. ¡Tu y yo no tendremos final!, ¡lo juro!...porque jamás te exiliare de mi vida, y tu no podrás tampoco.

Hoy la fatalidad me regala el desapego, no deseo nada. Quiero salvarme de mi. Sólo pienso en un futuro entre libros y obras, viajes y melodías... ¡Bohemia!.. Y entra otra vez a traicionarme mi inconsistencia, ¡es lo que tanto deseabas!..¿o no?. Te tome la palabra y me he reconstruido bajo la premisa del respeto, gracias. También he cumplido mi promesa

¿Es necesario marchar?...regresas maldita confusión...Mis ojos te lo dicen... tus ojos me invitan!...
Tu puñal desangra, de estocada a estocada saldaré la cuenta de sangre que tengo contigo, pido al grande quedar sin una gota...Por que sé, con convicción, que la gota que le devolverá las fuerzas a mi cuerpo brotará de tu boca...o mejor aún...de tus ojos. Lagrimas de sangre. Mátame suavemente...has de mi alma frez.