No para llegar primero, sino para llegar tranquilo.
Lo que se avecina no será sublime
Exígete, convierte el verbo en tu premisa.
Lucha, contra los molinos y sus aspas,
Contra los molinos de la ineptitud y del conformismo.
Aliviánate, desata el apego e invierte el tiempo,
en ti primero, sino, qué hay para los demás?
Ese tiempo conviértelo en permanencia,
fusiónalo con la memoria y reinventa paradigmas.
Vive en ti, por ti, para ti. Ya quedará tiempo para los otros.
Logrado?, perfecto. Ahora voltea y mira alrededor.
La metamorfosis se apodero de ti, al estilo kafkiano,
La conclusión es que te has convertido en un anfibio,
de ambiente abierto, con filtros oculares que te ayudan
a observar las dimensiones desperdiciadas de la vida.
Somos reducción, a ese punto hemos llegado,
pero a través del filtro ocular descrito anteriormente,
producto de la metamorfosis- a su vez causada por la aceleración-
notamos la quintaesencia únicamente de nuestros coetáneos y de nuestros contemporáneos,
(aún no ha llegado el punto de ver mas allá o mas acá temporalmente. Ya llegará!)
El hecho es que ese gran filtro construido a través de la aceleración del ritmo te ofrece una visión nueva, anacrónica quizás, pero que desnuda mascaras y disfraces, y que lamentablemente te arroja al averno de la hipocresía diaria.
Sin embargo, en ese fingimiento constante, surgen, entre las sombras, espejismos vivientes, brillantes, fuertes, y magnificentes. Únicos y reales, sin tapujos y sin miramientos...Reflejando simplemente el contenido intrínseco de su ser. De esos espejismos es de quien tendrá que estar compuesto tu día a día.
Moisés Torres
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